Su arraigo dominicano lo siente desde su haber nacido en la provincia de San Pedro de Macorís, la cual en su vida marca los más profundos sentimientos de pertenencia. El ser de Macorís del Mar, y ser de la serie 23. En San Pedro vive y crece, y se encuentra con lo propio de otro grupo de inmigrantes, los cocolos, con quienes se identifica plenamente, expresando su ritmo con los guloyas, llevado de la mano cariñosa de su muy querida nana su “mamie Melanie”, con quien aprendió a sentirse cocolo de Macorís y aprendió a querer y a valorar a un conjunto de hombres y mujeres honestos, trabajadores y responsables. Sus vivencias y recuerdos de la infancia y adolescencia en San Pedro de Macorís, lo propio del contexto sociocultural de esta provincia de la Región Este de la República Dominicana representan una constante en sus artículos periodísticos y en sus libros. Recorrer las obras por él escritas nos evoca a un ser humano que cultivó el arte de conversar. Antonio Zaglul fue un conversador exquisito. En el diálogo ameno y sabio se encontraba con el otro, para compartir vivencias, inquietudes, emociones y saberes. Su apertura a la comunicación toma vida en los diversos grupos de tertulias a las que se integró durante su vida. Los entrañables amigos de su infancia petromacorisana José Rodríguez Herrera, Juanchi Ortiz, Juan Richiez, Gustavo Ricart, Salvador Paradas, Enrique Pérez Vélez,
Héctor Luis Rodríguez Jiménez, Jacobo Simón, Tutico Brea, Yuyo Dalmau, Eduardo Ceara, Lulio Vázquez… siempre fueron los muchachos con quienes se encontraba para revivir andanzas juveniles y compartir afanes y logros... A estos se unían Jorgito Hazim, Juan Casasnovas, con quienes se reafirmaba en su Macorís del Mar, su Macorís de siempre. Luis Risi, su amigo y hermano del alma, con quien se encontraba siempre en los mas diversos lugares, para debatir ideas, acercar proyectos y luchas sociales.
De la mano de su hermano mayor, Miguel Zaglul, se introduce en el mundo de la literatura y se integra a la labor de comunicador en la estación de radio HIJ en San Pedro de Macorís; en esta comparte con Octaviano Portuondo, Pedro A. Pérez Cabral. Ser comunicador, locutor de radio, significó para él un aprendizaje. Siempre se expresaba con orgullo de sus años y su actividad como locutor en la radio… De las diversas tertulias, grupos de amigos, peñas en las que compartió, son de especial recuerdo la que se integraba en torno a Juan Francisco Sánchez (Tongo Sánchez), con Carlos Sánchez y Sánchez, José Aníbal Sánchez Fernández, Don Cundo Amiama, entre otros. En las esquinas de El Conde se encontraba con Franklin Mieses Burgos. En los años sesenta y setenta del pasado siglo, se integra a la tertulia del Hotel El Comercial, donde se encontraba con su apreciado amigo el arquitecto Gai Vega, la tertulia en el Restaurant Vizcaya lo lleva a encuentros con Felo Haza, con Carlos Curiel, entre otros. Con los hermanos Fernández de Castro se encontraba los domingos en el Parque Independencia.