Serie: | NA |
Editora: | Editora Corripio C por A. |
géneros: | Investigación, Testimonio |
Autores: | Guerrero, Miguel- |
Paginas: | 415 pages |
Compilador: | Esta edición específica de este libro proviene del portal de la Biblioteca Digital del AGN. |
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En este libro Guerrero muestra con destreza y sutileza esa obsesión por el poder, desplegada en todas sus manifestaciones en circunstancias particulares de la historia contemporánea. Cuando los militares irrumpieron con torpeza en la Junta Central Electoral aquella madrugada del 17 de mayo de 1978, cumplían su papel. El libreto se había escrito al tenor de una práctica democrática de corte autoritario y en la que las Fuerzas Armadas debían estar al servicio de la obsesión. Claro, para la cúpula militar de entonces, la continuidad balaguerista equivalía a una extensión imprescindible de sus franquicias personales para hacer del Estado un coto privado. Para los encumbrados militares era, pues, una cuestión de supervivencia que el veredicto de las urnas no les fuera inexorablemente adverso.
En la historia contemporánea dominicana, la crisis electoral de 1978 se sitúa entre los acontecimientos de mayor relevancia e impacto. Sería, sin dudas, la línea divisora entre los estilos que han caracterizado la accidentada democracia nuestra en su versión posterior al ajusticiamiento de Trujillo. El resultado final fue la extinción de lo que podría denominarse la democracia autoritaria en su versión más cruda. Supuso, además, la confirmación de un cambio profundo en la política exterior norteamericana vis-á-vis América Latina, aún envuelta en la etapa negra de los regímenes militares.
No solo el experimento democrático local ganó en calidad, sino que asomaron actores políticos nuevos, se produjo una circulación de las élites y terminó la represión burda. El descrédito del sector militar, como consecuencia de su comportamiento en los días aciagos de la crisis de 1978, facilitó medidas posteriores que, definitivamente, han confinado el informe de los cuarteles.
A más de 20 años de distancia, es posible ya escudriñarse desapasionadamente los entretelones de la actuación política en ese entonces. Los protagonistas principales y varios de los actores de reparto viven aún. Pero con excepción de Joaquín Balaguer y unos pocos de los dirigentes perredeístas, ninguno mantiene vigencia.
Antonio Guzmán, el candidato triunfador al que se pretendió desconocer, terminó víctima de sí mismo en su oficina del Palacio Nacional. Jacobo Majluta, el vicepresidente, y José Francisco Peña Gómez, el estratega brillante detrás del triunfo del Partido Revolucionario Dominicano, cedieron también sus espacios terrenales. Y Juan Bosch, que cometió en el 1978 uno de sus mayores errores políticos, se agota en el auto olvido patológico a que lo han condenado los años. Aun cuando el desarrollo de la democracia dominicana imposibilita la repetición de esos acontecimientos, el sistema electoral dominicano fue puesto a prueba nuevamente en 1994. Y como en aquella vez hace ya dos décadas, el presidente era Joaquín Balaguer.
La pertinencia de explorar con acuciosidad los hechos que condujeron en 1978 a tensionar la democracia dominicana hasta sus límites extremos ha animado el libro más completo y apasionante que se ha escrito sobre el tema. Al hacerlo, Miguel Guerrero trilla nuevamente el terreno del periodismo histórico, un género al que se le escatima la importancia que en verdad tiene y del cual él se ha convertido en nuestro cultor por excelencia. Se adentra, el autor, en el vericueto de episodios desconocidos u olvidados para devolvernos una exploración cuidadosa de una crisis que, como indica con propiedad en el título mismo de su libro, aproximó al país al borde del caos.
La génesis de la turbulencia política que el país conoció desde las horas finales del 16 de mayo de 1978 hasta la asunción al Poder Ejecutivo por parte de Antonio Guzmán, tres meses mas tarde, no radica en fecha o momento alguno específicos. Está en una concepción de la vida, la de Joaquín Balaguer , en la cual el poder es la verdadera “raison d´être”. En una obsesión por el poder, que no repara en los espacios constitucionales y la ética política, ha consumido Balaguer sus energías vitales. De paso, ha arrastrado a las instituciones, si no al colapso completo, a una anemia que todavía perdura.
Fuente: Aníbal De Castro
*Economista. Director de la revista Rumbo. Es uno de los periodistas más reputados de la República dominicana.